SIEMPRE TARDE
Ayer quedé a desayunar con una de mis amigas que está embarazada de 7 meses. Yo tenía ganas de contarle que el cari ha tenido una buena oferta de trabajo, pero literalmente, no me dejó hablar. Me contó historias de minicunas, de humidificadores, de gimnasia para partos y de peleles de bebé. Pero chicas, yo aún no sé la diferencia entre un Bebecar y un Chicco, que creo que son carricoches. Y yo sólo sonreía, asentía con la cabeza e intentaba no poner cara de póker. Pero es que eso me pasa desde siempre, mis amigas van por delante. Yo fui la última que empezó a trabajar, la última que se casó, la última que amuebló su piso y la última que tendrá bebés. Yo fui de las pocas que estudié y os aseguro que siempre iba sin un duro en el bolsillo. Durante los años que viví en Valencia y estudiaba en la uni, hubo muchos viernes que tuve que andar cargada con el macuto desde Benimaclet a la estación de trenes, juraría que hay una hora a pie. Me quedaba el dinero exacto para el tren (a v...